A consecuencia de las experiencias obtenidas de los movimientos sísmicos acaecidos en diversas partes del mundo, se demuestra que para incrementar la resilencia de las ciudades y por tanto disminuir su vulnerabilidad, es preciso conciliar la responsabilidad compartida entre los profesionales de la arquitectura, el urbanismo y la ingeniería así como de los funcionarios, más allá de establecer y aplicar las disposiciones estructurales que las normas sísmicas establecen. En este sentido, en este libro la autora pretende recopilar el producto de una investigación iniciada en el año 2003 apoyada por sectores académicos estadounidenses y por profesionales expertos en la materia provenientes de diferentes países, en el cual se identifican y analizan los aspectos arquitectónicos y urbanos influyentes en la creación de dicha vulnerabilidad, mediante el estudio de casos de edificaciones con configuraciones arquitectónicas y urbanas irregulares.
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