La publicación, que además es el catálogo de una exposición itinerante que se montó en la FAU UCV la década pasada, recoge un siglo de arquitectura en Bélgica
Para el autor, "La arquitectura belga posterior a Victor Horta y Henri van de Velde, parece no poseer relevancia internacional. Esa opinión no está del todo mal empleada. Durante el siglo XX, Bélgica raramente produjo una arquitectura cuya influencia fuese sentida más allá de sus fronteras.
Los únicos arquitectos que pudieran ser fácilmente integrados en un contexto internacional, deben su importancia principalmente a proyectos de escala superurbana que no fueron implantados: Julien Schillemans el utopista que propuso Ciudad-Mundo; Braem que pensó las ciudades lineales; Luc Deleu el "urbanista"; y finalmente Willem-Jan Neutelings, el flamenco cuyo panfleto Ring Culture firmó la ruptura que Bélgica necesitaba para salir de la clausura.
En los últimos años eso cambió. Antes enraizada en un contexto estrictamente belga y volteada hacia un cuadro de referencia "local", la arquitectura, hoy se alimenta de la realidad compleja de la sociedad contemporánea por medio de la obra efervescente de Bell, De Geyter y Neutelings, arquitectos inspirados por las ideas de Rem Koolhaas.
Exactamente un siglo después con el revolucionario advenimiento de Victor Horta la arquitectura de Bélgica parece haber reconquistado un espacio para respirar y un momento de libertad."
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